- Medio Ambiente
El Medio Ambiente es todo aquello que nos rodea y que debemos
cuidar para mantener limpia nuestra ciudad, colegio, hogar, etc., en fin todo
en donde podamos estar, por esto hemos realizado la siguiente investigación acerca del Medio Ambiente.
En otras palabras
Medio
ambiente, es el conjunto de elementos abióticos (energía solar, suelo, agua y aire) y bióticos (organismos vivos) que integran la
delgada capa de la Tierra llamada biosfera, sustento y hogar de los seres vivos.
COMPONENTES
DEL MEDIO AMBIENTE.
La atmósfera, que protege a la Tierra del exceso de radiación ultravioleta y permite la existencia de vida
es una mezcla gaseosa de nitrógeno, oxígeno, hidrógeno, dióxido de carbono, vapor de agua, otros elementos y compuestos, y
partículas de polvo. Calentada por el Sol y la energía radiante de la Tierra, la
atmósfera circula en torno al planeta y modifica las diferencias
térmicas. Por lo que se refiere al agua, un 97% se encuentra en los océanos, un
2% es hielo y el 1% restante es el agua dulce de los ríos, los lagos, las aguas
subterráneas y la humedad atmosférica y del suelo. El suelo es el delgado manto
de materia que sustenta la vida terrestre. Es producto de la interacción del clima y del sustrato rocoso o roca madre, como las
morrenas glaciares y las rocas sedimentarias, y de la vegetación. De todos ellos dependen los organismos vivos,
incluyendo los seres humanos. Las plantas se sirven del agua, del dióxido de carbono y
de la luz solar para convertir materias primas en carbohidratos por medio de la fotosíntesis; la vida animal, a su vez, depende de las plantas
en una secuencia de vínculos interconectados conocida como red trófica.
Durante su larga historia, la Tierra ha cambiado lentamente. La deriva
continental (resultado de la tectónica de placas) separó las masas
continentales, los océanos invadieron tierra firme y se retiraron de ella, y se
alzaron y erosionaron montañas, depositando sedimentos a lo largo de las costas
(véase Geología). Los climas se caldearon y enfriaron, y
aparecieron y desaparecieron formas de vida al cambiar el medio ambiente. El
más reciente de los acontecimientos medioambientales importantes en la historia
de la Tierra se produjo en el cuaternario, durante el pleistoceno (entre 1,64
millones y 10.000 años atrás), llamado también periodo glacial. El clima
subtropical desapareció y cambió la faz del hemisferio norte. Grandes capas de
hielo avanzaron y se retiraron cuatro veces en América del Norte y tres en Europa, haciendo oscilar el clima de frío a templado,
influyendo en la vida vegetal y animal y, en última instancia, dando lugar al
clima que hoy conocemos. Nuestra era recibe, indistintamente, los nombres de
reciente, postglacial y holoceno. Durante este tiempo el medio ambiente del planeta ha
permanecido más o menos estable.
La especie Homo sapiens, es
decir, el ser humano, apareció tardíamente en la historia de la Tierra, pero ha
sido capaz de modificar el medio ambiente con sus actividades. Aunque, al
parecer, los humanos hicieron su aparición en África, no tardaron en dispersarse por todo el mundo.
Gracias a sus peculiares capacidades mentales y físicas, lograron escapar a las
constricciones medioambientales que limitaban a otras especies y alterar el
medio ambiente para adaptarlo a sus necesidades.
Aunque los primeros humanos
sin duda vivieron más o menos en armonía con el medio ambiente, como los
demás animales, su alejamiento de la vida salvaje comenzó en
la prehistoria, con la primera revolución agrícola. La capacidad de controlar y usar el
fuego les permitió modificar o eliminar la vegetación natural, y la
domesticación y pastoreo de animales herbívoros llevó al sobrepastoreo y a
la erosión del suelo. El cultivo de plantas originó
también la destrucción de la vegetación natural para hacer hueco a las cosechas
y la demanda de leña condujo a la denudación de montañas y
al agotamiento de bosques enteros. Los animales salvajes se cazaban por su
carne y eran destruidos en caso de ser considerados plagas o depredadores.
Mientras las poblaciones humanas
siguieron siendo pequeñas y su tecnología modesta, su impacto sobre el medio
ambiente fue solamente local. No obstante, al ir creciendo la población y mejorando y aumentando la tecnología,
aparecieron problemas más significativos y generalizados. El rápido avance
tecnológico producido tras la edad media culminó en la Revolución Industrial, que
trajo consigo el descubrimiento, uso y explotación de los combustibles fósiles,
así como la explotación intensiva de los recursos minerales de la Tierra. Fue con la Revolución
Industrial cuando los seres humanos empezaron realmente a cambiar la faz del
planeta, la naturaleza de su atmósfera y la calidad de su agua. Hoy, la demanda sin
precedentes a la que el rápido crecimiento de la población humana y el desarrollo tecnológico someten al medio ambiente está
produciendo un declive cada vez más acelerado en la calidad de éste y en su
capacidad para sustentar la vida.
- Dióxido de carbono
Uno de los impactos que
el uso de combustibles fósiles ha producido sobre el medio ambiente terrestre
ha sido el aumento de la concentración de dióxido de carbono (CO2) en la
atmósfera. La cantidad de CO2 atmosférico había permanecido estable,
aparentemente durante siglos, pero desde 1750 se ha incrementado en un 30%
aproximadamente. Lo significativo de este cambio es que puede provocar un aumento de latemperatura de la Tierra a través del proceso conocido como efecto invernadero. El dióxido
de carbono atmosférico tiende a impedir que la radiación de onda larga escape
al espacio exterior; dado que se produce más calor y puede escapar menos, la temperatura global
de la Tierra aumenta.
Un calentamiento global
significativo de la atmósfera tendría graves efectos sobre el medio ambiente.
Aceleraría la fusión de los casquetes polares, haría subir el
nivel de los mares, cambiaría el clima regional y globalmente, alteraría la
vegetación natural y afectaría a las cosechas. Estos cambios, a su vez,
tendrían un enorme impacto sobre la civilización humana. En el siglo XX la
temperatura media del planeta aumentó 0,6 ºC y los científicos prevén que
la temperatura media de la Tierra subirá entre 1,4 y 5,8 ºC entre 1990 y
2001.
- Acidificación
Asociada también al uso
de combustibles fósiles, la acidificación se debe a la emisión de dióxido de
azufre y óxidos de nitrógeno por las centrales térmicas y por los escapes de
los vehículos a motor. Estos productos interactúan con la luz del Sol, la humedad y
los oxidantes produciendo ácido sulfúrico y nítrico, que son transportados por
la circulación atmosférica y caen a tierra, arrastrados por la lluvia y la
nieve en la llamada lluvia ácida, o en forma de depósitos secos, partículas
y gases atmosféricos.
Para ver
el gráfico seleccione la opción "Descargar" del menú superior La lluvia ácida es un
importante problema global. La acidez de algunas precipitaciones en el norte
de Estados Unidos y Europa es equivalente a la del vinagre. La
lluvia ácida corroe los metales, desgasta los edificios y monumentos de piedra,
daña y mata la vegetación y acidifica lagos, corrientes de agua y suelos, sobre todo en ciertas zonas del noreste de
Estados Unidos y el norte de Europa. En estas regiones, la acidificación
lacustre ha hecho morir a poblaciones de peces. Hoy también es un problema en el sureste de
Estados Unidos y en la zona central del norte de África. La lluvia ácida puede
retardar también el crecimiento de los bosques; se asocia al declive de éstos a
grandes altitudes tanto en Estados Unidos como en Europa.
- Destrucción del ozono
En las décadas de 1970
y 1980, los científicos empezaron a descubrir que la actividad humana estaba
teniendo un impacto negativo sobre la capa de ozono, una región de la atmósfera que protege al planeta
de los dañinos rayos ultravioleta. Si no existiera esa capa gaseosa, que se
encuentra a unos 40 km de altitud sobre el nivel del mar, la vida sería
imposible sobre nuestro planeta. Los estudios mostraron que la capa de ozono
estaba siendo afectada por el uso creciente de clorofluorocarbonos (CFC,
compuestos de flúor), que se emplean en refrigeración, aire acondicionado, disolventes de
limpieza, materiales de empaquetado y aerosoles. El cloro, un
producto químico secundario de los CFC ataca al ozono, que está formado por
tres átomos de oxígeno, arrebatándole uno de ellos para formar monóxido de
cloro. Éste reacciona a continuación con átomos de oxígeno para formar
moléculas de oxígeno, liberando moléculas de cloro que descomponen más
moléculas de ozono.
Al principio se creía
que la capa de ozono se estaba reduciendo de forma homogénea en todo el
planeta. No obstante, posteriores investigaciones revelaron, en 1985, la existencia de un gran
agujero centrado sobre la Antártida; un 50% o más del ozono situado sobre esta área
desaparecía estacionalmente. En el año 2001 el agujero alcanzó una superficie
de 26 millones de kilómetros cuadrados, un tamaño similar al detectado en los
tres últimos años. El adelgazamiento de la capa de ozono expone a la vida
terrestre a un exceso de radiación ultravioleta, que puede producir cáncer
de piel y cataratas, reducir la respuesta del sistema inmunitario, interferir en el proceso
de fotosíntesis de las plantas y afectar al crecimiento del
fitoplancton oceánico. Debido a la creciente amenaza que representan estos
peligrosos efectos sobre el medio ambiente, muchos países intentan aunar esfuerzos
para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. No obstante, los CFC
pueden permanecer en la atmósfera durante más de 100 años, por lo que la
destrucción del ozono continuará durante décadas.
- Hidrocarburos clorados
El uso extensivo de pesticidas
sintéticos derivados de los hidrocarburos clorados en el control de plagas ha tenido efectos colaterales desastrosos
para el medio ambiente. Estos pesticidas organoclorados son muy persistentes y
resistentes a la degradación biológica. Muy poco solubles en agua, se adhieren
a los tejidos de las plantas y se acumulan en los suelos,
el sustrato del fondo de las corrientes de agua y los estanques, y la
atmósfera. Una vez volatilizados, los pesticidas se distribuyen por todo el
mundo, contaminando áreas silvestres a gran distancia de las regiones
agrícolas, e incluso en las zonas ártica y antártica.
Aunque estos productos
químicos sintéticos no existen en la naturaleza, penetran en la cadena
alimentaria. Los pesticidas son ingeridos por los herbívoros o penetran
directamente a través de la piel de organismos acuáticos como los peces y
diversos invertebrados. El pesticida se concentra aún más al pasar de los herbívoros
a los carnívoros. Alcanza elevadas concentraciones en los tejidos de los
animales que ocupan los eslabones más altos de la cadena alimentaria, como el
halcón peregrino, el águila y el quebrantahuesos. Los hidrocarburos clorados
interfieren en el metabolismo del calcio de las aves, produciendo un adelgazamiento de las cáscaras de
los huevos y el consiguiente fracaso reproductivo. Como resultado de ello,
algunas grandes aves depredadoras y piscívoras se encuentran al borde de la
extinción. Debido al peligro que los pesticidas representan para la fauna silvestre y para los seres humanos, y debido
también a que los insectos han desarrollado resistencia a ellos, el uso de hidrocarburos halogenados
como el DDT está disminuyendo con rapidez en todo el mundo occidental, aunque
siguen usándose en grandes cantidades en los países en vías de desarrollo. A
comienzos de la década de 1980, el EDB o dibromoetano, un pesticida halogenado,
despertó también gran alarma por su naturaleza en potencia carcinógena, y fue finalmente prohibido.
Existe otro grupo de compuestos íntimamente vinculado al
DDT: los bifenilos policlorados (PCB). Se han utilizado durante años en
la producción industrial, y han acabado penetrando en el
medio ambiente. Su impacto sobre los seres humanos y la vida silvestre ha sido
similar al de los pesticidas. Debido a su extremada toxicidad, el uso de PCB ha
quedado restringido a los aislantes de los transformadores y condensadoreseléctricos.
El TCDD es el más tóxico
de otro grupo relacionado de compuestos altamente tóxicos, las dioxinas o
dibenzo-para-dioxinas. El grado de toxicidad para los seres humanos de
estos compuestos carcinógenos no ha sido aún comprobado. El TCDD puede
encontrarse en forma de impureza en conservantes para la madera y el papel y en herbicidas. El agente
naranja, un defoliante muy utilizado, contiene trazas de dioxina.
- Otras sustancias tóxicas
Las sustancias tóxicas
son productos químicos cuya fabricación, procesado, distribución, uso y eliminación representan un riesgo inasumible para la salud humana
y el medio ambiente. La mayoría de estas sustancias tóxicas son productos
químicos sintéticos que penetran en el medio ambiente y persisten en él durante
largos periodos de tiempo. En los vertederos de productos químicos se producen
concentraciones significativas de sustancias tóxicas. Si éstas se filtran al
suelo o al agua, pueden contaminar el suministro de agua, el aire, las cosechas
y los animales domésticos, y han sido asociadas a defectos congénitos humanos,
abortos y enfermedades orgánicas. A pesar de los riesgos conocidos, el problema no lleva camino de
solucionarse. Recientemente, se han fabricado más de 4 millones de productos
químicos sintéticos nuevos en un periodo de quince años, y se crean de 500 a
1.000 productos nuevos más al año.
Aunque las pruebas nucleares atmosféricas han sido prohibidas
por la mayoría de los países, lo que ha supuesto la eliminación de una
importante fuente de lluvia radiactiva, la radiación nuclear sigue siendo un
problema medioambiental. Las centrales siempre liberan pequeñas cantidades de
residuos nucleares en el agua y la atmósfera, pero el principal peligro es la
posibilidad de que se produzcan accidentes nucleares, que liberan enormes cantidades de
radiación al medio ambiente, como ocurrió en Chernóbil, Ucrania, en 1986. Un
problema más grave al que se enfrenta la industria nuclear es el almacenamiento de los residuos nucleares, que conservan
su carácter tóxico de 700 a 1 millón de años. La seguridad de un almacenamiento durante periodos
geológicos de tiempo es, al menos, problemática; entre tanto, los residuos
radiactivos se acumulan, amenazando la integridad del medio ambiente.
- Pérdida de tierras vírgenes
Un número cada vez mayor
de seres humanos empieza a cercar las tierras vírgenes que quedan, incluso en
áreas consideradas más o menos a salvo de la explotación. La insaciable demanda
de energía ha impuesto la necesidad de explotar el gas y el petróleo de las regiones árticas, poniendo en peligro
el delicado equilibrio ecológico de los ecosistemas de tundra y su vida silvestre. La pluvisilva
y los bosques tropicales, sobre todo en el Sureste asiático y en la Amazonia,
están siendo destruidos a un ritmo alarmante para obtener madera, despejar
suelo para pastos y cultivos, para plantaciones de pinos y para asentamientos
humanos. En la década de 1980 se llegó a estimar que las masas forestales
estaban siendo destruidas a un ritmo de 20 ha por minuto. Otra estimación
daba una tasa de destrucción de más de 200.000 km2 al año. En 1993, losdatos obtenidos vía satélite permitieron determinar
un ritmo de destrucción de casi 15.000 km2 al año, sólo en la cuenca
amazónica. Esta deforestación tropical podría llevar a la extinción de
hasta 750.000 especies, lo que representaría la pérdida de toda una
multiplicidad de productos: alimentos, fibras, fármacos, tintes, gomas y resinas.
Además, la expansión de las tierras de cultivo y de pastoreo para ganado
doméstico en África, así como el comercio ilegal de especies amenazadas y productos
animales podría representar el fin de los grandes mamíferos africanos.
- Erosión del suelo
La erosión del suelo se
está acelerando en todos los continentes y está degradando unos 2.000 millones
de hectáreas de tierra de cultivo y de pastoreo, lo que representa una seria
amenaza para el abastecimiento global de víveres. Cada año la erosión de los
suelos y otras formas de degradación de las tierras provocan una pérdida de
entre 5 y 7 millones de hectáreas de tierras cultivables. En el Tercer Mundo,
la creciente necesidad de alimentos y leña han tenido como resultado la
deforestación y cultivo de laderas con mucha pendiente, lo que ha producido una
severa erosión de las mismas. Para complicar aún más el problema, hay que tener
en cuenta la pérdida de tierras de cultivo de primera calidad debido a la
industria, los pantanos, la expansión de las ciudades y las carreteras. La
erosión del suelo y la pérdida de las tierras de cultivo y los bosques reduce
además la capacidad de conservación de la humedad de los suelos y añade
sedimentos a las corrientes de agua, los lagos y los embalses. Véase
también Degradación del suelo.
- Demanda de agua y aire
Los problemas de erosión
descritos más arriba están agravando el creciente problema mundial del
abastecimiento de agua. La mayoría de los problemas en este campo se dan en las
regiones semiáridas y costeras del mundo. Las poblaciones humanas en expansión
requieren sistemas de irrigación y agua para la industria; esto
está agotando hasta tal punto los acuíferos subterráneos que empieza a penetrar en ellos agua salada a
lo largo de las áreas costeras en Estados Unidos, Israel, Siria, los estados árabes del golfo Pérsico y
algunas áreas de los países que bordean el mar Mediterráneo (España, Italia y Grecia principalmente). Algunas de las mayores
ciudades del mundo están agotando sus suministros de agua y en metrópolis como
Nueva Delhi o México D.F. se está bombeando agua de lugares cada
vez más alejados. En áreas tierra adentro, las rocas porosas y los sedimentos
se compactan al perder el agua, ocasionando problemas por el progresivo
hundimiento de la superficie; este fenómeno es ya un grave problema en Texas,
Florida y California.
El mundo experimenta también
un progresivo descenso en la calidad y disponibilidad del agua. En el año 2000,
508 millones de personas vivían en 31 países afectados por escasez de agua y, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente
1.100 millones de personas carecían de acceso a agua no contaminada. En muchas
regiones, las reservas de agua están contaminadas con productos químicos
tóxicos y nitratos. Las enfermedades transmitidas por el agua afectan a un
tercio de la humanidad y matan a 10 millones de personas al año.
Durante la década de 1980 y
a comienzos de la de 1990, algunos países industrializados mejoraron la calidad
de su aire reduciendo la cantidad de partículas en suspensión así como la de
productos químicos tóxicos como el plomo, pero las emisiones de dióxido de
azufre y de óxidos nitrosos, precursores de la deposición ácida, aún son
importantes.